¿Alguna vez has fabricado un producto y pensado, “hubiera mejor hecho esto otro”?, imaginamos que sí. Probablemente tuviste ese problema en tu cabeza por un largo periodo de tiempo. Y quizá también te volvió a ocurrir. Un ensayo de “prueba y error” pero muy costoso. Traer nuestras ideas al mundo real implica costos, y más si la equivocación ocurre cuando no tomamos en cuenta factores que debimos haber previsto: material, densidad, simulaciones. Y más.

La palabra “hubiera” posiblemente se remonta a mucho tiempo atrás, pero errar es de humanos. Simular es divino. Así que, qué pasaría si no tuvieras que preocuparte por el “quizá debí hacer esto en lugar de esto otro”, o el “hubiera optado por utilizar este material en lugar del que usé”. ¿Qué pasaría si pudieras realizar todos estos análisis sin llevar el diseño a su fabricación?, Por ejemplo, usar acero en lugar de titanio, prototipar digitalmente antes de traerlo al mundo físico. Realizar modificaciones sin incurrir en tantos costos como podrías imaginar. Enfocarte en la ingeniería, pero en tu pantalla. Si esto lo llevaras en práctica, el “hubiera” sería cosa del pasado.

Basarte en el análisis de cálculos manuales y prototipos físicos ya no es una opción viable hoy día.

Las empresas más exitosas están recurriendo a pruebas virtuales mientras diseñan y están obteniendo importantes beneficios en cuanto a velocidad, costo y calidad de desarrollo.

A medida que las empresas luchan por diferenciar competitivamente sus productos y derrotar a los competidores del mercado, las decisiones rápidas dentro de la ingeniería se han vuelto cada vez más críticas. Hay que quitar el "hubiera" de la ecuación para beneficiar el tomar mejores decisiones de ingeniería y finalmente traer los mejores productos a la vida.

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